En obra negra:
el estribillo
Asimismo, encontramos esta figura en las canciones, pero
allí todos la reconocemos como el “coro”: aquella parte de la letra que
contiene la idea principal, y que se repite para dar cierto ritmo a la pieza.
Veamos otro ejemplo de estribillo, un poema de Francisco de Quevedo, y no
olvidemos que el “coro” es esta misma figura retórica.
Poderoso caballero es
don Dinero
Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Nace en las Indias honrado,
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España,
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Es galán, y es como un oro:
tiene quebrado el color;
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
que pues da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es don dinero.
Son sus padres principales,
y es de nobles descendiente,
porque en las venas de Oriente
todas las sangres son reales.
Y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y, pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
poderoso caballero
es don dinero.
Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y pues hace las bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don dinero.
Narradores, poetas,
ensayistas, bloggeros, lectores…, ¿alguna vez han usado este recurso tan común en las canciones en otro tipo de textos?
Ana Isis Cardona Padilla
Ana Isis Cardona Padilla
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