viernes, 13 de junio de 2014

La lectura del viernes: "El hombre de negro" de Guillermo Samperio




El hombre de negro

A Helioflores





Un hombre embozado en su capotón negro, con un sentimiento hundido en el pecho como estaca, de manera subrepticia viola el tiempo donde existió y viola las oficinas de concreto. Sube, emocionado y misterioso por las escaleras de servicio. Si escucha algún ruido, detiene el paso, lleva la mano derecha a la empuñadura de su sable y espera a que el peligro se aleje. Sigue subiendo, mientras en su pecho ahora juguetea una canción plateada que susurran voces negras: solo tú. Llega a un piso muy extraño y sabe hacia dónde dirigir sus pasos. Penetra en la habitación del fondo, donde el aroma a mujer es tan fuerte que él lo reconoce al entrar. Aspira hondo para llevarse en la memoria esa presencia que en ese momento es solo silencio y penumbra, tiempo perdurable y trasfigurado. El Hombre de Negro mete el brazo debajo de su largo capotón, hurga en el pecho como sacándose un dolor, y extrae una flor luminosamente amarilla que trajo del tiempo, cultivada tal vez en la zona norte de San Marino. La deposita en un florero de barro y sale.



Tomado de Miedo ambiente y otros miedos, Lecturas Mexicanas, 1986.

jueves, 12 de junio de 2014

Taquito de lengua: miniatura

 


¿Qué relación encuentras entre miniatura y rojo?

Conocer el origen de las palabras abre nuestra mente a nuevas posibilidades de significado, muestra nuevos caminos de comprensión y enriquece nuestra lectura. 


Cuando hablamos de "miniatura", el Diccionario de la Real Academia Española nos da las siguientes acepciones de la palabra, derivadas del italiano miniatura, que son las que usamos actualmente: pintura primorosa o de tamaño pequeño, hecha al temple sobre vitela o marfil, o al óleo sobre chapas metálicas o cartulinas. Objeto artístico de pequeñas dimensiones.

La etimología de la palabra nos cuenta otra historia: “miniatura” viene del participio miniatus, y este, del verbo latino miniare, que significa “pintar con minio”. Técnicamente, el minio se conoce como tetróxido de plomo, un pigmento rojizo que se usa todavía para proteger los metales de la corrosión.
 

¿De dónde nos llega, entonces, la idea de “las pequeñas dimensiones”? A partir del siglo XVII, por influencia de “minúsculo” (derivado de minus), la palabra “miniatura” empezó a usarse para referir objetos pequeños.
 

Otro dato curioso es que en “miniatura” sí hay un elemento que nos podría hacer pensar en algo pequeño: miniatus forma el diminutivo con el sufijo -ulus: miniatulus, lo que da un matiz a su significado: “coloreado suavemente con minio”. El sufijo -ulus, -ula, -ulum, que pasa al español como -urus / -ura, es equivalente a la terminación -ito > -ita del español “chiquito”.
 

Probablemente, esta relación también proviene del hecho de que el minio se usaba para pintar las elaboradas letras capitulares que adornan muchos libros antiguos, en las que, si nos fijamos bien, podemos ver personajes e incluso escenas pequeñísimas. 

Magdalena Okhuysen Casal
Zacatecas, México.